Carlomagno: forjador de un imperio europeo.
Al ser coronado emperador de Occidente en el año 800, Carlosmagno culminaba el imparable ascenso de su linaje a lo largo del siglo VIII. Su bisabuelo fue mayordomo de palacio de los reyes de Francia. Su Abuelo, Carlos Martel, con el mismo cargo, derrotó a los musulmanes en el año 732. Su padre Pipino, fue consagrado rey en 752. Al acceder al trono en 768, Carlomagno recibía un aplio territorio que se extendía por la actual Frnacia y buena parte de Alemania. Se trataba más de un estado germánico que francés, la capital del reino se encontraba en la ciudad alemana de Aquisgrán. Carlomagno amplió sus dominios orientales hasta el río Elba y el Danubio, traspasando los Pirineos hasta conquistar Gerona y Barcelona.
Al mismo tiempo, Carlomagno quiso afianzar su imperio mediante una administración unificada, acompañada de importantes obras públicas y de la construcción de numerosos palacios. En lo cultural el emperador impulsó el estudio de la cultura antigua. En el 799 el papa León III, acosado por una fuerte oposición de Roma, decidió pedir asistencia al rey más poderoso de la Cristianidad. Carlomagno acudió al año siguiente a Roma para presidir el juicio que absolvió al papa y a la vez coronarse emperador. Carlomagno con su gesto inaguró una nueva etapa de la historia de Occidente, de la que surgiría en buena parte la realidad política y cultural que hoy denominamos Europa.
Los inventos de la Edad Media.
A partir del año mil, la vida diaria de los europeos empezó a cambiar gracias a invenciones como el reloj, la pólvora, las gafas o el molino. En el siglo XIII, Roger Bacon llegó a definir el “Método Científico” como un ciclo de cuatro fases: observación, hipótesis, experimentiación y verificación. Un siglo más tarde, Nicolás de Oresme demostró que era la Tierra la que se movía y no los astros sobre ella. Estos ejemplos demuestras que en los siglos medievales las ciencias nunca se abandonaron. Es cierto que a partir del siglo V muchos de los conocimientos del mundo antiguo se perdieron. Conforme a la nueva mentalidad de la gente, todo lo desconocido pasó a provocar temor y asociarse con la brujería, con lo prohibido. Pero a partir del año Mil todo cambió y renació el interés por el saber. Se produjo el desarrollo del timón, el papel y la brújula.
Lo que realmente define a los hombres de la Edad Media no son los descubrimientos ni los avances en el campo del conocimiento teórico, si no la capacidad e aplicar esos saberes a las necesidades prácticas de la sociedad en que vivían. La respuesta a los nuevos tiempos fue el reloj mecánico europeo. También surgieron innovaciones tecnológicas como: instrumentos musicales, planchas para imprimir papel, máquinas para la confección de tejidos, aperos de labranza, armas de guerra. Desde el siglo X surgieron grandes ciudades en los puertos marítimos. En ella se producían cosméticos, vestidos y zapatos, joyas y objetos de oro y plata. Pero lo novedoso fue la aparición de auténticas industrias de cerámica, vidrio, cuero y materia textil.
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